Aprender a leer y escribir con los 5 sentidos  

Aprender a leer y escribir con los 5 sentidos

Los cinco sentidos desempeñan un papel fundamental en nuestro desarrollo. Desde el nacimiento, las experiencias sensoriales ayudan a los niños a recoger información y a aprenden de su entorno: perciben formas, tamaños, colores…, identifican olores, reconocen sonidos familiares, desarrollan preferencias por determinados sabores y sienten la textura de lo que tocan. Los niños aprenden a usar su cuerpo y nutren su mente con estas valiosas experiencias.

Explorar con los cinco sentidos los mensajes percibidos a partir de la propia vivencia, les permite ahondar en el lenguaje leído y escrito.

 

¿Cómo potenciar esta habilidad natural? Proponemos algunas actividades:

👀 Vista:

Al visualizar la grafía de las palabras, el niño ejercita la comprensión del mensaje que transmiten y es consciente de la forma que tienen las letras que las componen. Veamos un ejercicio para que puedan descubrir, por ejemplo, las vocales que componen una palabra (en este caso, la vocal “o”).

Juega a ¡Reconoce las vocales!

  • Se presenta un dibujo y, en un cartel, la palabra que lo representa, por ejemplo: “mono”.
  • Señalamos el dibujo: Mira, ¡un mono!, y el cartel: “Aquí pone mono”. El niño observa la grafía y le indicamos que lea globalmente “mono”.
  • Señalamos las “o” de “mono” y le indicamos: “Esta es «o», esta también es «o»“. Le decimos que se fije en la forma de nuestros labios cuando decimos «o». Le pedimos que lo repita mientras observa la forma de «o».
  • Otras actividades que fomentan la comprensión lectora es jugar con tarjetas asociando dibujos y palabras.

 

 

 

 

 

 

 

 

👂 Oído:

Asociar la vocal con juegos auditivos como veo-veo, ayuda a la identificación de su sonido.

Juega a ¡Descubre el sonido de las vocales!

Le mostramos, por ejemplo, un yoyó, y preguntamos: «Veo-Veo una cosita que contiene el sonido «o». El niño responderá: ¡¡yoyó!! Diremos: “Muy bien, suena “o” y repetiremos yoooyooó alargando el sonido “o”. Aquí el niño escucha sin mirar nuestros labios.

Mostrarle el objeto hará que se concentre y relacione con mayor facilidad el sonido de la vocal con el nombre del objeto.

Podemos jugar a descubrir el sonido de las vocales en nombres de objetos que vea en su habitación, en la cocina…

👋 Tacto:

Juega a ¡Siente las vocales!

Repasar el trazo de las vocales con los dedos, por ejemplo, con material de lija, potencia la memoria de su grafía. El sentido del tacto le ayuda a ser más consciente de la forma de las vocales y podrá trazarlas de forma sensorial.

Además, asocia la forma de la vocal con su sonido, si traza la vocal de lija muy despacio con los dedos índice y corazón mientras dice su sonido.

👅 Gusto:

El gusto es uno de los primeros sentidos de aprendizaje. Los bebés lo desarrollan de forma muy intensa para obtener información de su entorno.

Aplicar este sentido para asociar palabras que contienen la vocal con su sabor estimula su registro en el cerebro.

Juega a ¡Cómete las vocales!

  • Elije un alimento que su nombre contenga el sonido «o», por ejemplo: limón. Dile al niño que cierre los ojos, que lo pruebe, y que adivine qué alimento es.
  • Pronuncia su nombre: “limón”, y dile que se fije en la forma de tus labios cuando dices «. Dile que lo repita.
  • El niño asocia el alimento que ha probado con el nombre de ese alimento y con el sonido de la vocal que contiene: «o».
  • Practica este juego con otros alimentos, para que descubra qué vocales contienen.

 

 

👃 Olfato:

Los olores nos transmiten sensaciones, emociones, y, en la mayoría de los casos, recuerdos.

Nuestro cerebro retiene mejor un olor que cualquier otra información. Es capaz de retener hasta 10.000 aromas distintos, sin embargo, solo reconoce 200 colores. ¿Sabías que se memoriza 7 veces más lo que olemos que lo que vemos y se tarda 10 años en olvidar un olor y solo 3 en olvidar una imagen?

Juega a ¡Reconoce el perfume de los sonidos!

  • Mostramos un objeto de un olor intenso que contenga el sonido «o», por ejemplo: un limón, una rosa…
  • Dile que cierre los ojos, que huela la rosa y que adivine a qué huele.
  • Luego pronuncia su nombre y que se fije en la forma de nuestros labios cuando decimos «o»: rooosa. Dile que lo repita.
  • Cuando perciba el aroma, lo asocia con la forma de nuestros labios y el sonido «o».

Practica con otros aromas: huele algo, dice su nombre y descubre si contiene el sonido «o»...

 

Aportaciones de Liliana Urías, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, catedrática del departamento de rehabilitación de la Universidad Autónoma de Honduras.