¿Por qué son necesarios los deberes?

El hábito de estudio es valiosísimo. Es sumamente enriquecedor dedicar un tiempo diario a alguna actividad que facilite nuestra concentración en algo que nos haga disfrutar intelectualmente. Por eso es tan importante que todos los niños adquieran el hábito del estudio diario, aunque no tengan deberes. Pueden leer, escribir, dibujar o realizar cualquier actividad de enriquecimiento cultural, que facilite su concentración intelectual aunque sólo sea media hora.

deberes

Sin embargo, el tiempo de hacer deberes no debería sobrepasar la hora diaria. Una hora diaria es suficiente para que descubran si comprendieron e interiorizaron los aprendizajes adquiridos en el colegio.

Por otra parte, tendremos en cuenta que es tan importante adquirir el hábito de estudio como aprender a utilizar el tiempo libre, un tiempo que ocupa una grandísima parte de nuestra vida y que nos puede enriquecer o envilecer como seres humanos, según lo empleemos. Lo podemos utilizar para desarrollar nuestra personalidad teniendo en cuenta nuestras inquietudes y aficiones personales, o lo podemos emplear haciéndonos dependientes de personas o actividades hacia las que nos sentimos arrastrados porque no las hemos elegido nosotros. No saber emplear el tiempo libre crea ataduras, dependencias, sometimiento…

Deberíamos enseñar a nuestros hijos a disfrutar su tiempo libre. Hoy en día los niños apenas juegan. Con frecuencia se aburren, no saben qué hacer. A menudo, se sientan frente al televisor hasta consumir todas sus horas libres o merodean en torno a los adultos buscando alguna distracción. Su actitud y su falta de actividad no se corresponden con la capacidad del ser humano respecto a su deseo de jugar y de disfrutar en sus horas de ocio descubriendo  sus intereses, sus inquietudes, sus hobbies.

Tenemos que preparar a nuestros hijos para que sepan aprovechar no solo su tiempo de estudio sino también su tiempo libre. No podemos resignarnos a que lo pierdan enganchados al televisor, al ordenador o a los juegos electrónicos. El mismo tesón que demostramos para exigirles que estudien, deberíamos emplearlo en enseñarles a utilizar su tiempo de ocio compartiéndolo con otros y disfrutándolo en soledad.

Enseñarles a disfrutar su tiempo libre cuando están solos les permite no depender de los gustos de otros para entretenerse, porque saben cómo llenar su vida, una vida que comparten sin someterse ni someter a nadie.

Para que nuestros hijos descubran cómo emplear su tiempo libre y su tiempo de estudio, lo primero que tenemos que enseñarles es a planificar las actividades de su vida. Les ayudaremos a ser conscientes de cuáles son esas actividades desde que se levantan hasta que se acuestan y cómo distribuirlas en el tiempo de que disponen. Les enseñaremos, en definitiva, a organizar su horario personal.

A partir de los seis años, pueden organizar las actividades que realizan por la mañana antes de entrar en el colegio y las de la tarde desde que salen del colegio hasta la hora de dormir. Nosotros les ayudamos a reflexionar sobre lo que necesitan hacer y ellos lo escriben y decoran para ponerlo en su cuarto. No es un programa rígido, a nuestros hijos les encanta que en lugar de imponernos diciéndoles lo que tienen que hacer les enseñemos a organizarse. Se sienten respetados, y les divierte… Por supuesto, los fines de semana sus actividades varían, pero también les gusta planificarlas.

A los adolescentes les propondremos que piensen cómo quisieran organizar su tiempo de estudio y las actividades de tiempo libre que desean realizar. Cuando las planifiquen, tendrán que ponerse de acuerdo con nosotros respecto a lo que han planificado y pactaremos las consecuencias que les ayudarán a cumplirlo.

La labor como padres es enseñar, animar y transmitir a nuestros hijos lo gratificante que resulta ser independiente asumiendo sus responsabilidades.

Si planifican ir a una actividad que les gusta: bailar, cantar o hacer algún deporte…, tendrán que ser responsables preparando lo que necesiten, salir de casa a una hora que les permita llegar a tiempo, volver a la hora establecida… Cumplir con las responsabilidades que les supongan planificación y esfuerzo les permitirá disfrutar su objetivo. Cumplir con su horario de estudios y con lo pactado respecto a su tiempo libre les permitirá lograr tranquilidad y disfrute. Se sentirán libres para dedicar su tiempo a lo que elijan en función de su propio proyecto de vida.