La escritura nos permite expresar pensamientos y emociones, lo que favorece el desarrollo cognitivo, creativo y emocional. La letra es únicamente una herramienta para expresarnos, no un fin en sí mismo.
Escribir es uno de los procesos de aprendizaje más complejos. Los sonidos del lenguaje oral (fonemas) se representan con signos gráficos (grafemas), que se escriben mediante movimientos psicomotrices. Las habilidades que requiere y la dificultad que conlleva este proceso, nos induce a reflexionar acerca del tipo de letra que debemos enseñar a los niños para facilitarles el camino o por lo menos para no complicárselo todavía más. ¿Es conveniente que escriban a mano o con teclado? ¿Con letra cursiva (ligada) o de imprenta?
¿Escribir a mano o con teclado?
Los beneficios de la escritura manuscrita para el desarrollo cerebral son similares a los que se obtienen cuando se aprende a tocar un instrumento musical.
El campo de investigación conocido como háptica concluye que la escritura manuscrita activa el cerebro al conectar la información visual con las interacciones del tacto. Los beneficios para el desarrollo cerebral son similares a los que se obtienen cuando se aprende a tocar un instrumento musical. ¡Y solo se necesita lápiz y papel!
La actividad cerebral que requiere la escritura a mano beneficia la adquisición de los aprendizajes.
La neurocientífica Claudia Aguirre nos dice que «cada vez más investigaciones respaldan la idea de que, en comparación con la escritura a máquina, escribir a mano con letra cursiva activa vías neurales específicas que facilitan y optimizan el aprendizaje y el desarrollo del lenguaje en general«.
La investigación dirigida por Karin James en la Universidad de Indiana con niños de 5 años demostró que, analizados los resultados obtenidos antes y después de enseñarles a escribir con letra cursiva, el circuito de las áreas del cerebro que se activa durante la lectura se activa también al trazar la escritura manuscrita, no así al escribir con teclado. La actividad neuronal de los niños que practicaron escritura manual superó a la de los que escribieron con teclado, llegando a ser similar a la de los adultos.
Marta Ochoa, jefa del Servicio de Neurología-Neuropediatría de HM (Hospitales Madrid), confirma que escribir a mano activa muchísimas más áreas neuronales unidas a la percepción visual y espacial, que escribir con teclado, y sirve para desarrollar la motricidad fina.
¿Letra ligada o de imprenta, mayúscula o minúscula?
Para plantearnos qué tipo de letra escoger, veamos las bondades de cada una:
La letra de imprenta mayúscula es la más fácil de realizar, puesto que todas las letras ocupan el mismo espacio, y no requiere un control del trazo tan exhaustivo como la minúscula ligada, pero únicamente se utiliza con nombres propios, después de punto y al principio de un escrito.
En contraste, la dificultad que supone trazar la letra ligada y minúscula —la que más se utiliza—, teniendo que entrelazar grafías para elaborar palabras completas sin levantar el lápiz, favorece la máxima concentración —solo así se logra la coordinación óculo-manual y el control motriz imprescindibles—.
Los niños escriben concentrados y despacio —es fundamental que escriban poco y bien, no mucho y mal—. Y no escriben hasta los cuatro o cinco años, cuando están preparados para coordinar su mano con el cerebro siendo conscientes de lo que desean expresar —antes de esa edad escriben mecánicamente, solo trazan palotes—.
La letra ligada ayuda al desarrollo cognitivo.
Las ideas se redactan con mayor fluidez al escribir palabras completas sin continuas interrupciones del pensamiento, mientras que al utilizar letra de imprenta el flujo de ideas se interrumpe continuamente, tal como sucede al tener que levantar el lápiz para trazar cada letra.
Otra gran ventaja al aprender a escribir con letra ligada minúscula es que el cerebro de los niños reconoce automáticamente la letra de imprenta de los cuentos (no necesitan aprenderla), algo que no sucede al enseñarles primero las mayúsculas (estas las aprenderán más adelante con suma facilidad).
Por otra parte, al escribir con letra ligada, se evitan los errores de rotación que surgen con las letras de imprenta en espejo: b-d, p-q… También se evita la escritura de frases con todas las letras separadas sin marcar espacios entre letras y palabras —con la letra ligada, en cambio, las palabras forman unidades separadas entre sí—.
Y algo primordial: la escritura ligada es la única que permite reflejar nuestra personalidad. Todas las personas reconocen su letra y la de sus allegados, mientras que con la letra de imprenta no se refleja quienes somos.
Lo idóneo es enseñar a escribir, únicamente, con letra ligada minúscula.
Es evidente que escribir a mano con letra ligada tiene beneficios cognitivos, motrices y emocionales. Sin embargo, lo habitual es enseñarles a escribir solo con mayúsculas y, cuando logran el aprendizaje, con minúsculas.
¿Por qué complicar un aprendizaje tan complejo como el de la escritura comenzando con un tipo de letra para cambiarla nada mas acabar el arduo proceso emprendido? Plantea un doble esfuerzo que carece de fundamento.
La enseñanza de la escritura con letra cursiva debe ser eficiente y motivadora para que logre su objetivo.
Leolandia aborda la enseñanza de la escritura con letra ligada minúscula desde el inicio del aprendizaje. Los niños aprenden a trazarla paso a paso, sin sentirse presionados. Ayudados por los materiales diseñados para lograrlo, ¡disfrutan la escritura!